Una actitud patriótica del presidente Luís Abinader

FAUSTO JÁQUEZ.-

Si hacemos referencia a los vínculos entre naciones, sin importar su naturaleza, nos referimos a un contexto diplomático. Dicho contexto, algunos lo califican de arte, otros de ciencia, procedimientos, acuerdos multilaterales de convivencia,…

Sin tomar estas referencias, reconocemos que la diplomacia es una destreza que propicia la construcción y mantenimiento de los vínculos para llevar a cabo negociaciones a través de representantes de las naciones manejando con astucia y respeto entre las partes. En todo caso, bajo la base del beneficio de las naciones participantes y las normativas o acuerdos entre las mismas.

Otros tópicos se refieren a la prevención de diferencias, disfunciones, cooperación; a su vez, el establecimiento de relaciones cordiales, fomento del comercio, la educación, la seguridad, la ciencia, la tecnología,… En este mismo sentido, propiciar el establecimiento de medios de comunicación, negociando acuerdos, tratados,… Evitan guerras, promover la cultura, los valores, trabajar los problemas globales como la desigualdad, el cambio climático, la pobreza, defiende razonablemente los intereses patrios,…

Abinader en la ONU
Este ejercicio data desde tiempos remotos y lo han protagonizados los líderes de los estados o ciudades, en especial en Grecia concretizadas en reuniones para tratar asuntos de importancia. La labor formal del diplomático posee un rol vital dentro de estos procesos o gestiones. Esto, se debe a su responsabilidad de trabajar a favor de los intereses de sus respectivas naciones.

Nuestra función dista mucho de pretender ser especialista en diplomacia y dar cátedras sobre el tema. Sí es de nuestro interés disponer de una referencia que califique actitudes y responsabilidades ante las relaciones que tiene República Dominicana ante las demás naciones. Más cuando nuestra Carrera Diplomática necesita un reforzamiento de primer orden.

Nuestra actitud ante la crisis con el “Estado” haitiano (que permanece sin solución) es dramáticamente vital e importante. El Dr. Milton Ray Guevara, expresidente del Tribunal Constitucional, ha advertido este es un momento en el que no puede haber vacilaciones de nadie para tomar una posición patriótica con el tema haitiano.

Comportamiento patrióticos

En este contexto, nuestro presidente, ha asumido comportamientos patrióticos basados en un quehacer diplomático y tomando determinaciones que preserven la estabilidad del pueblo dominicano. Esto, con responsabilidad, sin importar las consecuencias ante entidades y gobiernos de poder que han sido imprudentes ante este hecho. Peor, siendo República Dominicana el país que ha cargado con la educación, el empleo y la salud de Haití (Cálculos demuestran que un 14% del Presupuesto Nacional es gastado en asistencia), quieren que se asuma la problemática del hermano “país”.

Esta actitud, de condiciones patrióticas del Presidente Abinader, tan pronto pase este proceso eleccionario, todos los dominicanos, deberíamos alinearnos para trabajar juntos para enfrentar el problema. En este sentido, nuestros diplomáticos deberían de profundizar sobre este tema y promover jornadas intensas de capacitación y concientización del país o institución donde ejerce sus funciones. Dicho sea de paso, paradójicamente, la realidad demuestra que la diplomacia haitiana si trabaja el tema (Sin fundamento, bajo el engaño y la mentira), con vehemencia el mal informar la comunidad internacional colocándose como victimas cuando en realidad son los victimarios.

Por otro lado, darle apoyo al presidente para que siga denunciando la calamitosa situación, que las naciones poderosas corresponsables e instituciones internacionales asuman sus respectivas responsabilidades y propiciar los medios para reestablecer la viabilidad de Haití como nación.

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