La Vieja Belén

Por Eduardo Berroa

Hace tiempo que sueño con La Vieja Belén. Me impresionó tanto su llegada hace más de 50 años, dejando debajo mi cama una pequeña pelota y eso hizo que su imagen se metiera dentro de mi corazón de manera permanente. Nadie la ha visto, nadie sabe ciertamente de dónde procede, nadie sabe si la inventaron los pobres, nadie sabe el origen de su nombre.

Sueño todos los días 1 de enero con La Vieja Belén, para mí es una viejita flaca, con ropa algo desgastada, con cabello llenos de un brillo deslumbrante, desdentada y con una mirada dulce, cargada de miel. Durante más de 50 años la he soñado así, como si me visitara con la misma atención que me produjo aquella pelota

De niño le rezaba y en mi mente aparecía la anciana, quizás pude haberla inventado con mis pensamientos y esto indicaba que La Vieja Belén existía, que no era el producto de mi imaginación porque yo entendía que ella estaba en la tradición dominicana llenando un espacio fundamental, el de llenar los olvides de Los Reyes Magos.

En Belén nació el niño Jesús, y es muy probable que estuviera entre los testigos más pobres de aquella Navidad y quería con la imagen de la nueva función dar a los niños pobres de la isla de Santo Domingo lo que no pudo ofrecer al rey de reyes. La Vieja Belén es y será común a la tradición dominicana, no es cubana ni puertorriqueña ni venezolana, quizás haya llegado de España escondida en la nave del descubrimiento, pero realizó su actividad en nuestras urbes y ha vivido de corazón en corazón durante largo tiempo, siendo tan familiar en nuestra mentalidad, que todos coincidimos en su aspecto pobre en sus sandalias, en sus ojos triste, en su traje desvaído; así la describen lo que la lleven en el corazón.

La Vieja Belén debería ser consagrada por nuestro cabildo como una pieza importante de la tradición, me gustaría ver su estatua en unos de los parques infantiles, en los orfanatos, en las casas de beneficencia. A La Vieja Belén este año deseo darle un beso en tu mejilla tibia -te espero nuevamente en mi sueño de cada principio de año-

Los magos de oriente vienen en camillas engalanados de juguetes que dejan de debajo de las camas. Siempre ha sido así, pero son muchos los niños que no alcanza tener ni siquiera un pito o cualquier juguetico corriente o una pistola de agua. Entonces la Vieja Belén cumple su rol protagónico, al proteger a los olvidados, dándole un juguetico. No se sabe cómo alcanza a saber a los que le han faltado esos juguetes. En el caso nuestro, allá en Villa Mella, me faltaba todo porque mi familia era pobre, cada año no había sido bueno para mí con los Reyes Magos, y apareció La Vieja Belén llenándome de alegría.

El origen de la vieja Belén parece ser europeo. No hay información en la mayoría de los textos sobre este personaje que ha llenado de paz y justicia a los hogares de los olvidados. La Vieja Belén no es una reina, parece ser un ser casi harapiento, que hace causa común con los desposeídos, siempre recordamos aquella frase: “No te preocupe que La Vieja Belén te lo pondrá”. Los socialistas la catalogan como el personaje del proletariado, otros creen que La Vieja Belén es una santa de pobreza para dar ejemplo al mundo de que existe una divinidad a lo que pueden apelar los menos infelices.

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