Escrito por la maestra Lynn Marcelle
Hoy empezó el año nuevo y damos por finalizada la temporada de Navidad. Reflexionando me di cuenta que por muchos años estuve persiguiendo en Navidad las razones equívocas, a pesar de que estaban tan claras cuáles eran las correctas.
Me desvivía intentando pasar el rato perfecto con las personas indicadas, y los detalles más lindos. Sin embargo, todo eso empezó a cambiar cuando me di cuenta que por más esfuerzos que haga en tener la “Navidad perfecta” eran insuficientes, pues yo pensé que se trataba de la gente, de la comida, y de los obsequios, pero siempre se trató de Jesús.
Cuando vi que me faltaron todas estas cosas en las que yo tenía puesta mi mirada, mi corazón desfalleció y se sintió decepcionado. La solución más fácil era lamentarme, encerrarme y cuestionar lo que era incuestionable. Las respuesta era tan sencilla: No se trata de mí, no se te trata de ti, no se trata de nosotros, se trata de Él.
Entendí que aunque me falte un familiar que ame, la navidad es Jesús.
Aunque me falte la persona que amo, la navidad es Jesús.
Aunque me falten mis amigos, la navidad es Jesús.
Aunque me falte el más grande banquete, la navidad es Jesús.
Aunque no tenga los regalos más caros e impresionantes, la navidad es Jesús.
Aunque no tengas fuerzas y mis expectativas no hayan sido llenadas, la navidad es Jesús.
Aunque no tenga nada, tengo a Jesús; su nacimiento, muerte y resurrección son más que suficientes.
He decido dejar de perseguir la navidad perfecta, aquella que idealizó mi mente por causa de un corazón perseguidor de lo terrenal, y me he propuesto dejar que Él nazca en cada temporada de mi vida.
Con o sin nada, cada navidad debe ser memorable para nosotros, porque es un recordatorio de aquel que nos ha amado con amor eterno, y que prometió no abandonarnos, a pesar de que el mundo nos de la espalda.
Hoy empieza un nuevo comienzo para muchos. Pero no termina la Navidad, porque mientras Jesús reine en nuestros corazones a través de cada acto de bondad, de amor, de respeto y honra, la Navidad seguirá latente en cada esquina del año. ¡Feliz año nuevo!
“Y dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados”.
Mateo 1:21
Lynn Marcelle es licenciada en Lengua y Literatura, maestra de secundaria. creadora del blog Cristiano “A corazón abierto”.