Escrito por la maestra Lynn Marcelle
Cuando pienso en mi niñez siento que fui muy dura conmigo misma, no me permitía cometer un error en ningún sentido de la palabra. Hoy, después de ser adulta, me pregunto cúal era la verdadera razón por la cual impuse un peso tan alto en mis espaldas, pues nadie requería que lo hiciera.
Aun en la actualidad me parece obsesivo de mi parte seguir con esta imposición en mis espaldas, y cuando veo a otras personas haciendo lo mismo no me queda otra cosa que conmoverme y mirarme a mí reflejada en ellos. En esos momentos trato de alentar a los demás de que en la vida no deberíamos ser perfectos cuando las circunstancias no dependen de nosotros. En general, no creo que podamos ser perfectos aun con todos los esfuerzos del mundo que lleguemos a realizar.
Mi invitación es sencilla, no te tortures tanto, no se supone que lo sepamos todo, que tengamos todo bajo control, que seamos los más sabios, y mucho menos que nunca seamos imperfectos. Por eso evalúa lo que está en tu control y lo que no. Sé más humano y sensible contigo mismo porque los años pasan y luego pesan si hemos sido injustos y estrictos con nosotros mismos.
Toma un respiro el día de hoy para pensar en todas las veces que has sido inhumano con tu persona, todas las veces que te has autosaboteado y que te has torturado con pensamientos, problemas y situaciones que se salen de tus manos, y piensa en lo que sí haces bien o has hecho bien, en lo que sí está en tus manos y lo que puedes mejorar.
Por último, suelta esas mochilas que nadie te ha impuesto y que tú mismo has decidido cargar, creo que ya es tiempo…
Lynn Marcelle es licenciada en Lengua y Literatura, maestra de secundaria. creadora del blog Cristiano “A corazón abierto”.