Escrito por la maestra Lynn Marcelle
La semana pasada resonó mucho en las redes sociales una frase de un padre que decía «Yo hice todo lo posible por darle todo a mi hijo y ponerlo en un buen colegio». Cualquiera al escuchar la frase se siente identificado con esta y puede llegar incluso, si es padre, a compartirla y estar de acuerdo con esta.
Sin embargo, la realidad que muchos han ignorado por años es que el ser un buen padre no se resume solamente al hecho de pagar un buen colegio. Los colegios tienen la responsabilidad de enseñar y promover un ambiente de conocimiento, pero no tienen la responsabilidad de enseñar valores.
Los padres se han acomodado a la idea de que ofrecer estabilidad económica a los hijos va a garantizar que estos sean buenos ciudadanos y seres humanos. Pero lo que están creando en ellos es un monstruo que en algún momento los destruirá.
El verdadero regalo que un padre le puede dar a su hijo es el tiempo, y este tiempo se ve reflejado en distintos aspectos. Aquel que se toma para compartir de forma recreativa con el hijo, pero también aquel que se basa en enseñarle los valores que deben regir su vida.
Complacer a un hijo en todo es un mal que en algún momento traerá sus consecuencias. Por el contrario, debemos preocuparnos para que nuestros hijos aprendan el valor de las cosas y los sacrificios que se deben hacer para tener un futuro decente sin tener que caer en situaciones ilícitas, ilegales o inhumanas.
No soy partidaria de la frase que anuncié al inicio, no creo que la vida de un padre se base en dar dinero y un buen centro educativo. Hay veces que muchos no tienen para ofrecer esto pero dejan más en la vida de sus hijos que aquellos que aportan en lo monetario.
Sin duda, la educación y la crianza de nuestros hijos no pueden ser cosa del colegio, de la iglesia, de la nana, del televisor o la tableta, la educación y crianza de nuestros hijos deben ser nuestra responsabilidad y nuestro verdadero trabajo. De esta forma evitaremos que la sociedad siga recibiendo ciudadanos déspotas y criminales.
Todo empieza en casa…
Lynn Marcelle es licenciada en Lengua y Literatura, maestra de secundaria. creadora del blog Cristiano “A corazón abierto”.