Escrito por la maestra Lynn Marcelle
Años luchando contra una cultura que promueve el autosabotaje. Muchos solo replican lo mismo que escucharon por tanto tiempo en sus casas, frases como: “no lo intentes, no será posible jamás”.
Sin embargo, cuando nos hemos criado en un entorno totalmente distinto, y aún así nos autosaboteamos ¿cómo le llamaríamos a eso?
Yo lo he hecho por muchísimo tiempo, a pesar de que lo que he escuchado ha sido lo contrario. Siempre me ha perseguido la necesidad irracional de pensar “no participaré en ese concurso literario, porque sé que no lo ganaré”, “no aplicaré a ese puesto, porque sé que no saldrá”, entre otras cosas más…
Al final, terminamos haciendo las cosas con miedo, y sí, nos damos cuenta que sí era posible. Pero lo hacemos después de grandes dilemas, que muchas veces no llegan a ser resueltos, y nos mantenemos perdiendo grandes oportunidades.
Hay una línea muy fina entre tener un concepto más alto del que se debería tener de nosotros mismos; de aquella que nos hace posicionarnos en un nivel tan grande de inferioridad, que sean subestimados hasta los talentos y dones más obvios.
Por eso, si llegaste hasta aquí, solo quiero decirte, sin el mínimo temor a equivocarme, que ya es tiempo de que pares de autosabotearte, que ya es tiempo que dejes de menospreciar tu arte, tu labor, tu capacidad, tu talento, tu inspiración, tu creación, tu misma vida.
Que tal vez ya va siendo momento de que dejes de pensar que no mereces que te pasen cosas buenas, y que por tal razón nunca lograrás algo significativo.
Porque la realidad es, que lo que tú haces puede ser el motivo de vida, de quien menos imaginas.
Lynn Marcelle es licenciada en Lengua y Literatura, maestra de secundaria. creadora del blog Cristiano “A corazón abierto”.