El izquierdista Lula, de 77 años, superó en más de dos millones de votos a Bolsonaro y regresa así al poder que ocupó de 2003 a 2011 y después de pasar varios meses en prisión por corrupción, condena que luego fue anulada.
La elección se produjo en un clima de tensión por la polarización entre dos candidatos antagónicos.
Bolsonaro, exmilitar de 67 años, buscaba la reeleción presidencial apelando a los valores ultraconservadores de derecha, mientras que su rival, Lula, fue sindicalista y es uno de los grandes representantes de la izquierda de América Latina.
Lula superó las dudas que genera el pasado de corrupción que rodeó sus años de gobierno, los cuales, sin embargo, son recordados por muchos con nostalgia por las buenas cifras económicas y las políticas sociales que puso en marcha.
Ahora encara un entorno económico menos favorable y deberá gestionarlo en un clima muy polarizado y un país dividido en dos mitades, como demuestra lo cerrada que fue la elección de este domingo.
Lula se impuso por el margen más estrecho en la historia de Brasil desde 1989, cuando se recuperó la democracia tras el fin de la dictadura.