Tras empate técnico, hay segunda vuelta en elecciones presidenciales de Brasil

El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y el actual mandatario, Jair Bolsonaro, se disputarán la presidencia de Brasil en segunda vuelta el próximo 30 de octubre, al no haber alcanzado ninguno de los dos más de la mitad de los votos en las elecciones presidenciales celebradas este domingo en el país suramericano. Lula se impuso en los comicios con el 48,3% de los votos. Bolsonaro, en segunda posición, obtuvo el 43,2%, cinco puntos por debajo.

De acuerdo con la legislación electoral brasileña, los dos candidatos con más votos válidos en la primera vuelta, es decir ya descontados los blancos y los nulos, tienen que medirse de nuevo en caso de que ningún aspirante consiga más de la mitad de los sufragios.

El recuento mantuvo en vilo a los brasileños. El líder ultraderechista y actual jefe de Estado estuvo por delante prácticamente desde el cierre de los colegios electorales, hasta que Lula, dirigente del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), logró adelantarle en el tramo final, con el 70% escrutado, tres horas después del final de la jornada de votación.

En varias ciudades se oyeron gritos de alegría cuando se produjo el adelantamiento, pero los ánimos de los seguidores de Lula se fueron enfriando conforme avanzaba el recuento y quedaba claro el panorama de una segunda vuelta, con fuerzas equilibradas.

Bolsonaro, fortalecido

Bolsonaro consiguió así en las urnas recortar la diferencia con Lula que señalaban todas las encuestas, que preveían una victoria del líder izquierdista con entre el 50% y el 51% de los votos y una ventaja de 14 puntos sobre el actual gobernante.

El expresidente (2003-2010) era señalado por todos los sondeos como el favorito para imponerse con una amplia ventaja, pero no consiguió más de la mitad de los votos que esperaba para garantizar la elección este domingo y sufrió duros reveses en algunos estados, como el estratégico Sao Paulo: Bolsonaro venció en el mayor colegio electoral de Brasil, con el 47,7% de los votos válidos, frente al 40,8% de Lula.

En el emblemático estado de Río de Janeiro, tercer colegio electoral, la ventaja de Bolsonaro fue aún mayor, con el 50,9% frente al 40,7% de su rival.

«Esto es solo una prórroga»

«Vamos a ganar las elecciones, esto es solo una prórroga», afirmó Lula en un discurso en un hotel de Sao Paulo ante correligionarios y periodistas, tras conocerse los resultados de los comicios de este domingo.

El líder del PT recordó que nunca ha vencido unas elecciones en primera vuelta, y recalcó que este mismo lunes comenzará a hacer campaña para conseguir la victoria el próximo 30 de octubre.

«Como mi cumpleaños es el 27 de octubre, tal vez lo reciba de regalo, como en 2002», señaló el antiguo sindicalista, rodeado de algunos de sus más imporantes colaboradores y de su mujer Rosângela Janja Silva.

El líder progresista subrayó que para entender el resultado de este domingo hay que tener en cuenta su resurrección política, ya que en las elecciones de 2018 se encontraba preso por una condena de corrupción que posteriormente fue anulada. «Para valorar lo de hoy hay que recordar lo que estaba ocurriendo hace cuatro años, cuando era visto como si fuese un ser humano al que habían echado fuera de la política», señaló Lula.

«Hay voluntad de cambio»

Por su parte, Bolsonaro reconoció que las elecciones han confirmado que hay una «voluntad de cambio», pero aseguró que en la segunda vuelta le mostrará al país que ese cambio «no puede ser para peor», al tiempo que se mostró «plenamente confiado» en que logrará la victoria el próximo 30 de octubre.

Aunque no terminó de reconocer la victoria de Lula, Bolsonaro tampoco puso en duda el resultado y aseguró que «mucho voto fue por la condición del pueblo», que «sintió el aumento de los precios de los productos», que atribuyó a la inflación que dejó la pandemia de covid-19, que se agravó con la invasión rusa a Ucrania.

«Tenemos una segunda vuelta por delante» y «podremos mostrarle a la población que la inflación está bajando» y que el Gobierno «no ha dejado de atender a los más pobres» mediante diversos subsidios que fueron aprobados en los últimos meses, afirmó el presidente, en declaraciones que a los periodistas a la puerta de su residencia oficial en Brasilia.

El presidente brasileño y candidato a la reelección, Jair Bolsonaro, con su hijo el senador Flavio Bolsonaro, durante una rueda de prensa en Brasilia tras conocer los resultados de la primera vuelta de las elecciones en

Sereno, sin levantar la voz, el líder de la ultraderecha se mostró convencido de que en la campaña para la segunda vuelta tendrá más tiempo para explicarles a los brasileños que «un cambio por la izquierda siempre es peor».

Citó como ejemplos los casos de Argentina, Chile y Colombia, países en los que la derecha fue desplazada por líderes progresistas en los últimos tiempos, e insistió en que los brasileños «no pueden correr el riesgo de perder su libertad».

Según Bolsonaro, con un posible regreso de Lula al poder que ejerció entre 2003 y 2010, «los brasileños no ganarán nada y, por el contrario, tendrán mucho que perder», incluyendo, según dijo, «la libertad religiosa» y el «respeto» que su Gobierno tiene por «la familia» y los «valores tradicionales».

Polarización total

Los resultados de este domingo confirmaron un hecho que se intuía desde antes del inicio de la campaña: fueron unas de las elecciones más polarizadas de la democracia, puesto que los dos candidatos más votados acapararon el 91% de los sufragios, un dato solo superado en 1994, cuando la suma de Fernando Henrique Cardoso y Lula llegó al 95%.

En tercera posición, a gran distancia, se materializó una sorpresa: la senadora Simone Tebet (4,1%), abanderada de una coalición de centroderecha, adelantó al laborista Ciro Gomes (3,0%), quien se hundió después de haber recibido el 12,4% de los votos en 2018.

La abstención fue del 20,94%, ligeramente superior al dato de hace cuatro años (20,30%).

Los precedentes

Bolsonaro es el primer presidente brasileño en intentar ser reelegido que queda en segundo lugar en la primera vuelta.

Desde que Brasil recuperó la democracia en 1985 tan solo un presidente consiguió ser elegido en la primera vuelta: Fernando Henrique Cardoso garantizó su elección en 1994 y su reelección en 1998 con más de la mitad de los votos.

Lula, por su parte, perdió tres elecciones (1989, 1994 y 1998) antes de ser elegido por primera vez, pero tuvo que ir a la segunda vuelta en 2002 y cuando fue reelegido en 2006, así como le ocurrió a su ahijada política y sucesora Dilma Rousseff en 2010 y 2014.

Golpes a la izquierda en Río y Brasilia

En Río de Janeiro, el conservador Cláudio Castro, del Partido Liberal (PL), fue reelegido gobernador del estado en primera vuelta, al derrotar a Marcelo Freixo, que tenía el apoyo del expresidente Lula. Castro venció por una amplia ventaja con el 58,2% de los votos, frente al 27,7% obtenido por Freixo. El resultado es un duro golpe para la izquierda brasileña que, con el respaldo de Lula, aspiraba llegar al poder en el tercer estado más poblado del país.

También fue reelegido en primera vuelta el gobernador del Distrito Federal de Brasilia, Ibaneis Rocha, con un 50,27% de los votos y el apoyo determinante de Bolsonaro. Con un 99,72% del censo escrutado, Rocha, del centroderechista Movimiento Democrático Brasileño (MDB), venció al candidato del Partido Verde, Leandro Grass (26,27%), quien era respaldado por Lula da Silva.

Mientras, el exjuez Sergio Moro, quien en su etapa como magistrado encarceló al expresidente Lula da Silva y después fue ministro de Justicia en el Gobierno de Bolsonaro, logró un escaño en el Senado brasileño. Moro, el otrora símbolo de la lucha anticorrupción en Brasil, incluso quiso presentarse a las presidenciales, pero finalmente su partido, Unión Brasil, le obligó a desistir. Se impuso con un 33,7% de los votos por el estado de Paraná.

Fuente: 20 Minutos

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