Música combate el stress de pasajeros del metro de Santo Domingo

Eloy Alberto Tejera/SantoDomingo.- Son las 4:45 de la tarde y el saxofonista se desplaza y cierra los ojos mientras le hace un guiño a una persona que se ha detenido para observarle, y que por los gestos que hace aprueba la forma en que el músico está tocando el tema “Hola Soledad”, popularizado en los años 70 por el conocido bolerista y guarachero cubano, Rolando Laserie.

La situación no tiene nada de particular si transcurriera en un escenario propicio para un espectáculo, si no se revelara que el mismo discurre en una de las plataformas del Metro de Santo Domingo, y específicamente en la parada de La Feria, en el Centro de los Héroes.

Es la última parada y en ella se mezclan, quienes se encaminan presurosos hacia sus casas, los que se desmontan y los que montan. La fila es larga, casi que llega hasta las calles de ambos lados, por lo que varios miembros de la seguridad se muestran muy activos en dar instrucciones y que se mantenga el orden.

Hay quienes tararean la melodía, otros hacen gestos de mover la cabeza, unos mueven los pies y expresan una alegría de que en medio de la velocidad y el trajinar diario, el espacio se ve inundado por una música que resulta agradable a todos.

Dos docenas de personas se han detenido a observar el espectáculo, compuesto por dos músicos. Uno que canta y el otro tocando instrumentales. El cantante sucede al instrumentista e interpreta dos canciones: “A mi manera” y “Un millón de amigos”.

Tanto cuando finaliza el instrumentista como cuando suena la nota final del cantante, se producen breves y tímidos aplausos. Quienes han seguido su camino y no se han detenido tienen la oportunidad de escuchar parte del espectáculo, pues la música llega hasta los propios vagones del metro.

Bajo el rótulo y el patrocinio de Cultura MetroRD quienes toman el metro los dos artistas mantienen su entusiasmo y energía para deleitar a los pasajeros que a esa hora de la tarde.

El arte no tiene sitios particulares para presentarse, de la misma manera que una muchacha joven, sabe que no hay espacio fijo para expresar el gozo y la felicidad, por lo que cada una de las piezas interpretadas es tarareada y bailada por ella, que intensifica cuando se da cuenta que un fotógrafo está haciendo su trabajo y que ella es su modelo o su protagonista.

“La gente necesita respirar un poco, esa música ayuda a llegar más relajados a la casa”, afirma una señora mientras lleva un niño dormido en brazos.

Y es que, sin lugar a dudas, con este tipo de presentación artística el ambiente se humaniza, y quienes han viajado por otros países, como por ejemplo, en Nueva York, también pueden ya decir que la música también viaja en metro.

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