Santiago, Chile—
Jack Nicas.- Durante los últimos tres años, los chilenos han luchado por trazar un nuevo rumbo para su país con una nueva Constitución, escrita desde cero, que habría transformado su sociedad y otorgado más derechos que cualquier otro documento fundacional anterior.El domingo, los votantes rechazaron ese documento de manera abrumadora.

Los cambios propuestos querían convertir uno de los países más conservadores de América Latina en una de las sociedades más orientadas a la izquierda del mundo, pero los chilenos decidieron que esa propuesta iba demasiado lejos.
Con prácticamente todos los votos contados, el 62 por ciento de los electores rechazó la propuesta.
El rechazo enfático fue un final abrupto a un proceso largo y por momentos doloroso que prometía una revolución política para el país sudamericano de 19 millones de habitantes, y que, en cambio, deja a Chile como un país profundamente dividido sobre su futuro.
Por ahora, Chile conservará el mismo sistema de leyes con raíces en la cruel dictadura del general Augusto Pinochet, quien gobernó de 1973 a 1990. NYT