Los hombres y mujeres de las batas blancas

La demanda de atención médica, medicamentos y medios de salud que produjo el inicio de la pandemia, fue una especie de “boom sanitario”, en donde los galenos se vieron abarrotados y presionados hasta el paroxismo de la impotencia y sin embargo soportaron la carga, resistieron, dando un excepcional servicio de entrega humanitaria y profesional a la sociedad en general.
Sin camas disponibles, medicamentos, ni vacunas contra el Covid-19, los hombres y mujeres de las batas blancas se la agenciaron para hacer lo imposible y enfrentar la pandemia, contaminándose, además de vivir la tragedia del sufrimiento por los padecimientos de sus pacientes y la angustia de sus familias.
A decenas el coronavirus, no solo arrebató sus sueños, sino también sus vidas. Muchos se enfermaron e incluso llevaron el virus a sus familiares, agudizando su situación de combatientes frágiles en esa guerra de terror.
No creo sobreestimar, que la vida de miles de dominicanos se la debemos al valor de los médicos actuantes, al igual que a la responsabilidad y el carácter del presidente Luis Abinader, de asumir con decisión inquebrantable el adquirir las vacunas, ordenando con prisa la inoculación de la población y requiriendo las medidas preventivas.
En ese trayecto, debo narrar, que en el 2019 la directiva del Colegio Médico Dominicano del Distrito Nacional, llegó a un acuerdo con la Dirección General de Impuestos Internos-DGII, de incluir en el Régimen Simplificado de Tributación-RST, a los médicos con las exenciones que establece el Decreto 265-19.
Ahora resulta que con la norma 4-22 de la DGII, los salarios son sumados y también se le aplicarían impuestos sobre la renta de un 15, 20 y 25% a quienes ganen más de $416,220 al año. Es decir, esta disposición obligaría a los médicos a pagar más impuestos de sus salarios.
De acuerdo con el colegio médico, la norma del DGII, no solo sustraería de sus bolsillos más del 50% del reciente aumento salarial del 30% que dispuso el gobierno, sino que también les exigiría pagar retroactivamente por “supuestas deudas acumuladas”.
La dirección de impuestos aclara que la fiscalización que realiza DGII no abarca a la generalidad de los médicos, sino a aquellos que presentan perfiles de altos ingresos, que son los más ricos. Delata que en la DGII hay médicos que reportan 6 millones de pesos o 7 millones en el Régimen Simplificado, pero sus ingresos reales son superiores a los 30 o 40 millones de pesos.
Bueno si esto es así, estos galenos especializados, tienen que pagar al fisco lo que les corresponde. Pero en el caso de la mayoría de los médicos, este no es el momento de imponerles nuevos impuestos; antes hay que superar las dificultades del sector salud, que ha sido el más sacrificado en esta crisis sanitaria.

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