La política social de Abinader: Salud

El inicio de la administración del gobierno del presidente Luis Abinader Corona, coincidió con el momento de mayor virulencia de la pandemia Covid-19, imponiendo que se interrumpiera, como todas las actividades, pero con más obstrucción, la aplicación de la política social de salud.

Cuando se habla de una política pública se habla de decisiones o acciones. Hacer cosas es una política y no hacer nada, también es una política.

Las Políticas Públicas son las acciones emitidas de gobierno, que buscan cómo dar respuestas a las diversas demandas de la sociedad. Como señalan Chandler y Plano, se pueden entender como uso estratégico de recursos para aliviar los problemas nacionales

A partir de la planificación de las políticas públicas es que se formulan las políticas sociales, así como, las políticas sociales universales, que tratan de reducir inequidades y construir cohesión social.

Así que, las políticas de salud componen un capítulo de las políticas sociales y pueden ser definidas como un esfuerzo sistemático para reducir los problemas sanitarios. La salud pública es en última instancia una decisión política.

Sobre la situación del país, el presidente Abinader con sus dotes de transparencia, admite las deficiencias de nuestro sistema de salud al señalar que: “el camino que hemos empezado a recorrer es largo. Durante demasiado tiempo hemos acumulado problemas estructurales graves, que se agudizaron con la aparición de la pandemia del covid-19″.

Particularmente observadores establecen como problemas sanitarios apremiantes, la baja asignación presupuestaria, 1.8% del Producto Interno Bruto –PIB. Una de las más bajas de la región. Falta de inicio de la atención primaria. Permitir que la salud la decida el mercado, sin regulación real. Déficit de recursos humanos para los servicios de las diferentes áreas de la atención y falta de equipos tecnológicos e insumos. Errada visión de los incumbentes de salud, entendiendo que lo destinado a la salud es un gasto, en vez de una inversión.

A esto le sumo el comentario que me hiciera el expresidente del Colegio Médico Dominicano, doctor Wilson Roa, al expresar que “el país debe cambiar la concepción de la atención médica, por la de educación y prevención médica, el cual debe ser el fundamento de todo sistema de salud preventiva.»

El martillo de toda política es la necesidad, la cual está llamada a ser atendida por el Estado y como puede verse, el Covid convirtió a las políticas públicas en una agenda de problemas. Más de 300 mil compatriotas se habían contagiado con la pandemia y casi cuatro mil fallecieron.

Solo un mandatario tozudo, firme, inamovible en su determinación frente al Covid-19, pudo y enfrentó con firmeza este severo e inexorable problema y sus consecuencias. Abinader respondió de inmediato con atención a los contagiados y a la crisis de la angustia humana, tomando medidas drásticas y de orientación ciudadana.

Pienso, incluso, que el presidente llegó al extremo de elegir entre el derecho a preservar la vida de los dominicanos sobre el derecho a la calidad de los servicios normales de salud. Optó entonces por detener la agresiva amenaza a la vida y hacer que el país no se detuviera, por el contrario, fuera relanzado produciendo acción y credibilidad. Y así lo narra:

“El país carecía de insumos y equipos suficientes para controlar el contagio por eso abastecimos de inmediato el sistema de salud con todo lo necesario para cuidar a la población: medicamentos, pruebas PCR, camas, ventiladores, seguro médico para todos los dominicanos y dominicanas y millones de vacunas para garantizar tres dosis a cada ciudadano”. Hoy nuestro país es uno de los de menor letalidad por Covid-19 en el mundo, con un alto porcentaje de su población vacunada, siendo un referente a nivel internacional.

Abinader no se detuvo ahí, le aumentó un 30% a los médicos, enfermeras y bioanalistas, además, aumentó a 50 mil pesos el ingreso a los médicos pensionados. Dispuso un presupuesto de RD $6,809 millones de pesos para invertirlos en la reparación, construcción y equipamiento de 19 hospitales de todo el país, muchos con más de 7 años en construcción.

La realidad es que, en un artículo no se puede describir el arranque de esos y otros hechos que forman parte de la política social y dentro de ella de salud.

Sólo puedo compendiar y anotar en lo sublime de este espacio que, hasta ahora, vacunar al pueblo dominicano para proteger su vida y dotar a dos millones de personas pobres con seguro subsidiado de salud SENASA, son los actos cumbres de la política social y de salud del presidente Luis Abinader.

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